Verdades que conmueven, incomodan,
se clavan como espinas,
golpean como puños,
me inquietan y me abrazan
cuando lloro.
Porque duele, porque sé,
porque escucho y procedo.
Aquello que enmudezco
grita en mi a todas horas,
cuando callo.
El silencio que me mata,
porque habla entre susurros,
muestra siempre
esos miedos que me jaman.
Y es cuando desembucho
que percibo y sonrío
a los espejos que
reflejan lo sombrío de mi eco.
El afinar el espíritu cuando alguien te pisotea se llama control.
Reunir toda esta información mientras te golpean se llama disciplina
El refrenamiento es esperar con paciencia, sin prisas, sin angustia; es una sencilla y gozosa retención del pago que tiene que llegar.
Don Juan dijo que la habilidad de escoger el momento oportuno es una cualidad abstracta que pone en libertad todo lo que está retenido. Control, disciplina y refrenamiento son como un dique detrás del cual todo está estancado. La habilidad de escoger el momento oportuno es la compuerta del dique. (C. Castaneda)
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