De repente no están. El morbo se apodera de aquellos que no han entendido que no va de eso. Hay que vivir. El último adiós, el último beso o el primer perdón. Nunca sabes cuándo. Hay que vivir. Porque dices hasta luego sin saber si es hasta siempre o hasta nunca. Porque por algún motivo en este espacio de tiempo está sucediendo algo maravilloso para ti o algo terrible para otro. Porque en un lugar alguien sonríe mientras en otro alguien llora. Hay que vivir. Porque de repente no están.