Cristales que sutilmente resbalan
por lánguidas mejillas rasposas.
Amor, rabia, emoción, pena.
Vidrios derramados que hablan
de un recuerdo olvidado.
Lágrimas portadoras de algo
que implora ser expulsado.
Caen en forma de despedida,
liberándose del presidio obligado.
Lágrimas asexuadas, cautivas
en ingentes cuerpos imperiales.
Valientes luchadores que comprenden
que llorar es afrontar, es despedirse.
Adiós, lágrima.
Adiós, apego.
Adiós, pena.